Los 92 elementos químicos que existen en la naturaleza se unen entre sí de diferentes formas para formar las moléculas de lo que denominamos compuestos químicos.
Es evidente que este número elevado de elementos dará lugar a miles de compuestos, lo que hace imposible el asignarle un nombre arbitrario a cada uno, como se hacía en la antigüedad. De esta época todavía respetamos algunos nombres de sustancias de uso muy frecuente, como por ejemplo amoníaco, agua, sal (de cocina) y pocos más.
Se plantea la necesidad de establecer un sistema que nos permita asignar un nombre a cada sustancia que la identifique perfectamente de forma inequívoca y que no sea necesario memorizar. Durante el siglo XIX se desarrolló una nomenclatura que ahora llamamos tradicional. Cada vez menos utilizada sigue, sin embargo, siendo usada para muchos compuestos importantes.
En la actualidad la IUPAC (Unión Internacional de Química Pura y Aplicada) recomienda usar la llamada nomenclatura sistemática (para compuestos binarios covalentes) y la de Stock, (para compuestos binarios iónicos).
Antes de exponer las bases elementales de estos sistemas de nomenclatura, es necesario recordar algunos conceptos fundamentales que facilitan su comprensión.
NÚMERO DE OXIDACIÓN (o valencia)
El enlace entre los átomos se realiza por medio de los electrones de la capa de valencia, es decir la capa de electrones más externa. Estos electrones pueden ser cedidos completamente por un átomo de uno de los elementos que forman el compuesto a los otros átomos del o de los otros elementos de dicho compuesto, formándose un enlace que denominamos enlace iónico. Otra posibilidad es que los átomos de los elementos compartan electrones mediante la formación de pares electrónicos, donde cada átomo aporta un electrón para unirse al átomo central a través del par formado. Este enlace se denomina covalente.
“los enlaces entre átomos se realizan a través de los electrones de la última capa”
y el número de electrones que intercambia o cede da origen al número de oxidación, que será positivo si el átomo lo cede (pierde) y negativo si el átomo lo acepta. Por ejemplo:
la sal común (o de cocina), que en la nomenclatura química es cloruro sódico el átomo de sodio cede un electrón al átomo de cloro, por lo dicho el sodio tiene un número de oxidación (valencia) de +1 y el cloro de -1.
Por comodidad diremos en lo sucesivo valencia, en lugar de número de oxidación.
Para formular con soltura y rapidez es, por lo tanto, necesario conocer las valencias de los distintos elementos químicos, al menos las de los que intervienen en los compuestos de uso más frecuente, pues los otros forman compuestos de aplicaciones muy específicas y su valencia podemos deducirla por su posición en el sistema periódico (esto puede hacerse con todos los elementos). Cuando se estudie la estructura de los átomos se comprenderá perfectamente.
Hay elementos que presentan siempre la misma valencia, y otros que, según el compuesto su valencia es distinta (elementos de valencia variable).
Podemos consultar esta pregunta en cualquier libro o página de internet dedicada, como por ejemplo:http://html.rincondelvago.com/formulacion-y-nomenclatura-quimica.html o esta otra:
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